Comprar Jamón de Cebo Ibérico de Eduardo Hernández ha dedicado su vida a la industria chacinera. Desde mediados del siglo XX. De los cerdos ibéricos de los que procede el jamón cebo de campo ibérico, se crían en total libertad, alimentándose de los productos naturales. Se alimentan completamente con piensos de cereales y legumbres.
Una cuidada selección de la materia prima, realizada personalmente en su lugar de origen, nos permite elegir a los mejores ejemplares para poder materializar un jamón que destaca por su sabor y aroma. Realizamos con esmero la preparación de la pieza (comúnmente llamada “jamón fresco”); realizando el típico corte en V y aplicando, en su justa medida a cada jamón, el tiempo y la salazón necesaria. Posteriormente trasladamos nuestros jamones y paletas al secadero artificial; para que, con la temperatura y humedad idóneas, lentamente vayan adquiriendo las primeras notas de sabor y aroma característico.
COMPRAR JAMÓN DE CEBO IBÉRICO ES ACERTAR
El primero de los requisitos cuando se habla de jamón ibérico de cebo es la raza del animal. El cerdo debe ser de raza ibérica, aunque puede serlo en un 100%, en un 75% o en un 50%. Esto depende de si ambos progenitores son ibéricos o se han cruzado, en mayor o menor porcentaje, con cerdos de raza Duroc.
El segundo requisito hace referencia a la alimentación: esta variedad de jamón procede de cerdos que, en lugar de bellota, han comido piensos de cereales y leguminosas, aunque también pueden haber contado con hierbas del campo en su dieta según la crianza. De esta característica procede el concepto “jamón de cebo”.
¿A qué nos referimos con la crianza que mencionábamos antes?
Al espacio donde han vivido los animales. El cerdo ibérico que, al menos en la etapa de montanera, ha podido disfrutar de la dehesa o de un campo extenso permite producir jamón ibérico de cebo de campo. Esta denominación se corresponde con el precinto verde.
Por su parte, cuando se habla de jamón ibérico de cebo su etiquetado es el precinto blanco, que indica una crianza intensiva en granjas a base exclusivamente de piensos. Si no aparece el término “de campo” explicitado, estamos ante esta variedad.
Hasta la normativa de 2014, existía también la variedad “de recebo”. Esta denominación indicaba un engorde final a base de piensos tras una etapa de alimentación en la dehesa, principalmente a base de bellota. Actualmente ya no está en vigor, pero puede resultar confuso al ser un término muy extendido.
En todos los casos, las etiquetas adicionales deben indicar también la raza, alimentación, crianza y tiempos de curación. En este último caso, además, fíjate bien en el sello MAPA: impreso sobre el cuero de la pieza, muestra a través de 4 cifras la semana y el año en que comenzó el proceso. De esta manera, se garantiza que el jamón cumple con los meses requeridos para una curación completa y de mayor o menos calidad.